De la idea al Éxito
Guía Basada en el Resumen de Hábitos Atómicos
Los hábitos son comportamientos automáticos que moldean tu vida, ya sean buenos o malos. Cada acción que tomas es evidencia de quién estás convirtiéndote.
Acción: Decide en qué tipo de persona te quieres convertir. Escribe una afirmación clara sobre quién eres.
Ejemplo: «Soy una persona activa y saludable.»
Acción diaria: Cada vez que hagas algo relacionado con esa identidad, repite la afirmación.
Ejemplo: Después de salir a caminar, di «Soy una persona activa y saludable.»
Los hábitos siguen un ciclo de cuatro pasos: señal, anhelo, respuesta y recompensa.
Ejemplo: Te despiertas (señal), quieres sentirte alerta (anhelo), tomas café (respuesta), te sientes despierto (recompensa).
Acción: Define un hábito claro utilizando la fórmula: «Yo haré [CONDUCTA] a las [HORA] en [LUGAR].»
Ejemplo: «Yo leeré 2 páginas a las 8 p.m. en mi cama.»
Acumulación de hábitos: Encadena un nuevo hábito a uno que ya tengas.
Ejemplo: «Después de apagar el despertador, yo beberé un vaso de agua.»
Tu entorno influye en tus hábitos. Si quieres que un hábito sea parte de tu vida, esparce señales a tu alrededor y asigna un espacio concreto para cada actividad.
Acción: Reorganiza tu entorno para que favorezca los hábitos que quieres adquirir.
Ejemplo: Coloca una botella de agua en tu escritorio para recordar beber más durante el día.
Crea zonas específicas: Asigna un espacio concreto para cada actividad.
Ejemplo: Usa un rincón de tu habitación solo para leer o estudiar.
Para hacer que un hábito sea atractivo, combina actividades que
disfrutes con las que necesitas hacer.
Acción: Combina hábitos necesarios con actividades que disfrutes.
Ejemplo: «Mientras lavo los platos, escucharé mi podcast favorito.»
Únete a un grupo: Encuentra personas con intereses similares para mantenerte motivado.
Acción: Únete a un club de lectura, grupo de fitness o comunidad online relacionada con tu objetivo.
La ley del menor esfuerzo dice que es más probable que adoptes un hábito si es fácil de realizar. La clave para iniciar nuevos hábitos es empezar pequeño.
Acción: Usa la «regla de los 2 minutos». Empieza un nuevo hábito dedicando solo 2 minutos.
Ejemplo: «Voy a hacer 2 minutos de estiramientos después de levantarme.»
Simplifica: Elimina pasos innecesarios para que los hábitos sean más fáciles de realizar.
Ejemplo: Deja tus zapatos de correr junto a la puerta para motivarte a salir.
Las recompensas inmediatas son esenciales para consolidar hábitos. A medida que un hábito se arraiga en tu vida, tu propia identidad se fusiona con él.
Acción: Establece pequeñas recompensas inmediatas que te motiven a seguir adelante.
Ejemplo: Después de completar tu rutina de ejercicio, disfruta de una ducha relajante.
Registra tu progreso: Lleva un registro visual de tus hábitos para ver tu avance.
Acción diaria: Usa una app de seguimiento de hábitos o simplemente marca en un calendario cada día que cumples tu hábito.
Haz los malos hábitos más difíciles para eliminarlos. Usa la inversión de las leyes del cambio de conducta para hacer que los malos hábitos sean menos atractivos y más difíciles de realizar.
Acción: Haz que los malos hábitos sean más difíciles de realizar.
Ejemplo: Guarda tu celular en otra habitación durante las horas de estudio o trabajo.
Introduce castigos inmediatos: Si fallas en mantener un buen hábito, establece una consecuencia inmediata.
Ejemplo: Si no cumples con tu meta diaria, dona una pequeña cantidad de dinero a una causa que no te guste.
Los errores no te arruinan, pero los errores repetidos sí. Usa la regla de «nunca dos veces» para mantener la consistencia.
Acción: Usa la regla de «nunca dos veces». Si fallas un día, asegúrate de retomar tu hábito al día siguiente.
Ejemplo: Si no fuiste al gimnasio un día, ve al siguiente sin excusas.
No todos los hábitos funcionarán perfectamente al principio.
Debes estar dispuesto a ajustar tus hábitos para que encajen mejor en tu vida.
Acción: Si un hábito no funciona, ajústalo hasta que encaje mejor en tu vida.
Ejemplo: Si te cuesta leer por la noche, intenta hacerlo por la mañana.
Cada vez que cumples un hábito, estás reforzando la identidad que deseas. Al final, lo harás porque eso es lo que eres, y ser tú mismo se siente bien.
Acción: Cada vez que cumplas un hábito, reconoce que estás reforzando la identidad que deseas.
Ejemplo: Después de hacer ejercicio, reafirma: «Estoy construyendo mi versión más fuerte y saludable.»
Aplica estos pasos consistentemente y observa cómo te
conviertes en la persona que siempre has querido ser.
Debes iniciar sesión para enviar una reseña. Regístrate si no tienes cuenta.